BASURTÓMETRO
Tu medio de comunicación preferido de Basurto

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Colgado de la ladera del monte Arraiz y a 347 metros de altura encontramos un lugar desconocido para muchos bilbaínos. Hablamos de Masustegui. Un barrio luchador, que pese a pertenecer al distrito de Basurto-Zorroza, siempre ha estado marcado por la huella del abandono y la marginación. Su carácter de extrarradio mezclado con la derivada emigración masiva de personas gallegas conforman una peculiar sociología urbana. Sus habitantes se encuentran alejados del ruido de la “Gran Ciudad”, y pese a sufrir el olvido institucional, ningún vecino estaría dispuesto a cambiar de barrio.
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La mayoría de los habitantes del lugar salieron hace muchos años ya desde su tierra natal que no es otra que Galicia. Pese al paso del tiempo, la huella de estos sigue muy presente, y por ello, no es nada raro escuchar galego por sus calles. Una buena parte de los habitantes de este peculiar lugar también poseen una pequeña parcela que antiguamente servía para cultivar todo lo necesario para subsistir. Sin embargo, hoy en día estas huertas sirven de pasatiempo para una población visiblemente envejecida. Una vecindad mayor, pero gigante y sobretodo, valiente, ya que Masustegi fue levantado por sus propios vecinos, originarios del noroeste de la península en su mayor parte, que llegaron al País Vasco con el objetivo de conseguir trabajo y una vida más digna. Miguel de la Vía, era también el dueño de la cantera los terrenos en los que sus trabajadores ejercían de arquitectos y albañiles cuando caía la noche para burlar las leyes franquistas.
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Las casas se levantaban de forma rápida y heroica por la noche, con el objetivo de no ser pillados por la Guardia Civil. Esto era así puesto que en tiempos de Franco, estaba prohibido derribar una casa que tuviera construido el tejado y las paredes, por muy desastrosa que fuera. Amadeo Martínez trabajó en el sector de la calefacción toda su vida. Hoy, con 70 años (cumplió 55 años en el barrio en septiembre), nos recuerda aquellos momentos: “Yo no contribuí mucho en hacer las casas, pero los caminos y caídas de agua, al ser del gremio, me pilló de lleno. Recuerdo un año el día de Navidades a las 12 de la noche reparando una tubería”. Así, hasta hoy, donde apreciamos un barrio mucho más moderno y acorde con las necesidades en pleno siglo XXI.
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Un lugar con muchas curiosidades
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Nada más comenzar a dar los primeros pasos por el barrio se aprecia la amabilidad de sus vecinos. Prácticamente todos las personas que se cruzan en nuestro camino no dudan en saludarnos. Pronto nos paramos a hablar con una de esas vecinas, Mari Saavedra, de 80 años de edad y gallega de nacimiento. A pesar de la modernidad y la accesibilidad del barrio comparado con la década de los 70 y 80, la vecina es tajante: “No nos hacen ni caso, el Ayuntamiento pasa de nosotros”. Su marido, fallecido hace cinco años, encontró trabajo a través de un conocido empresario vizcaíno al que todos llamaban por su apellido, Velasco. Este recorría el barrio todas las semanas con el objetivo de buscar gente para trabajar. “Mi esposo, que en paz descansa, comenzó a trabajar en Bilbao gracias a la insistencia de este señor”, indicó Mari.
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Se trata de un lugar apartado pero con muchas curiosidades que merece la pena conocer. Una de ellas es el nombre de las casas que se construyeron en los años 60 por los vecinos. Al contrario de lo que sucede en los nuevos pisos construidos en la parte baja del barrio, las viviendas disponen de números totalmente aleatorios, elegidos por los propios dueños y dueñas a la hora de empezar a vivir en sus hogares. Nos lo cuenta Víctor Río, vecino de 42 años con padres gallegos naturales del barrio. Desde el espectacular mirador, donde apreciamos la mayoría de las viviendas, nos indica lo siguiente: “Los vecinos de Masustegi se conocen más por el número de las casas, algo muy curioso. No siguen un orden determinado, sino que, cuando las construyeron, cada vecino elegía el nombre de su vivienda, por lo que son completamente aleatorios. Por ejemplo, aquí tenemos dos casas juntas. Una tiene el número 201 y otra el 301”.
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Pero no todo es camino de rosas. Las zonas de acceso peatonal, pese a ser asfaltadas y acompañadas por barandillas, dejan mucho que desear, sobre todo para los vecinos más mayores. Montse Vila es propietaria de uno de los dos bares que quedan abiertos en la zona. Pese a ser consciente de la modernización y el cambio del barrio, tiene una queja principal “en nombre de la mayoría de vecinos”, que respaldan su opinión: “Lo peor son los accesos, son inexistentes. Si vives en el centro del barrio y te tienes que mover, tienes que comerte escaleras peligrosas y bajadas muy pronunciadas. Sí, tenemos fibra y gas natural, pero la gente mayor que se pone enferma tiene un problema serio. No puede bajar ninguna ambulancia por el barrio ya que no existe la opción”.
Un suceso que pudo marcar la historia de Masustegi
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El 4 de marzo del año 1982, una voladura de una cantera propiedad de Miguel de la Vía, conocido por poseer la famosa colección de Rolls-Royce exhibida en la Torre Loizaga de Galdames, hizo temblar a sus habitantes. Este también fue el dueño de los terrenos en los que sus trabajadores ejercían de arquitectos y albañiles cuando caía la noche.Cercana al barrio bilbaíno, produjo una lluvia de piedras de la cantera de forma incontrolada sobre las inmediaciones del lugar. Por suerte, no hubo que lamentar heridos, pese la necesidad de transportar a varias personas con crisis nerviosas al Hospital de Basurto. El principal problema fue el desperfecto que sufrieron, en mayor o menor medida, alrededor de 50 casas del barrio, cuatro de ellas de forma grave en forma de destrucción total.
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Mari Carmen Barcía, de 51 años de edad, tiene presente en sus pensamientos aquel día a la perfección. Por aquel entonces, se trataba de una inocente niña de 14 años, pero recuerda absolutamente todo: “Escuché un ruido horrible mientras estaba en la cocina, y de repente una enorme capa de humo negro comenzaba a entrar por las ventanas”. Unos instantes más tarde, dos enormes pedruscos destruyeron completamente su hogar. La madre de Mari Carmen fue una de las personas atendidas en el Hospital Civil de Basurto a causa de un fuerte ataque de nervios al observar los desperfectos.
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Según numerosos vecinos que nos contaron su testimonio, piedras de enorme peso se apreciaban perfectamente en el interior de dormitorios y numerosas partes de las casas, incluso debajo de mesas y sillones de forma incomprensible. Viviendas construidas con sudor y con un cariño especial por sus dueños de la forma en la que se llevaron a cabo en los años 60. Llegó un momento en el que los vecinos comenzaban a temer por sus vidas a diario. La cantera propiedad de Miguel de la Vía había detonado una vez más, pero en esta ocasión con consecuencias mucho más fatales. La propia Mari Carmen recuerda como “unos vecinos consolaban a otros, y era aterrador ver tirados por el suelo platos con comida rotos, ya que era la hora de comer”. Respecto a la cantera, la indignación era palpable entre todos los vecinos: “No sabemos cómo consentían que metieran tanta carga, peligraban nuestras vidas cada día”.
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A última hora de la tarde del derrumbamiento, todos los vecinos del barrio se reunieron con el objetivo de realizar una valoración del accidente. Al día después del suceso, estos acudieron en masa a hablar con los gerentes de la cantera, que pagaron los daños a merced de varios meses de papeleo y con mucho retraso.
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Lugar diario de reunión
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Hoy en día los vecinos se reúnen en el local social situado en el mirador, junto a la Parroquia San Gabriel de Arcangel, es el lugar de encuentro de los vecinos de Masustegui. La Asociación de Vecinos “San Gabriel” es la encargada de gestionar el establecimiento. José María Fernández lleva 41 años presidiendo la asociación. El propio José María indica: “Entre todos los vecinos nos repartimos por turnos quién se ocupa de la barra del local”, por lo que está íntegramente gestionado por gente del barrio. Aparte de la función social una de las principales competencias del local es la de Bar en el que tomar algo a un precio mucho más económico que los bares del centro de Bilbao.
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Amadeo Martínez es natural de la localidad lucense de Monforte de Lemos y uno de los tantos vecinos del barrio que acude siempre que puede a este lugar. “Venimos al local social todos los días, ya que para nosotros es un rincón de bienestar” asegura Martínez. Una de las cosas que más sorprende es que una tarde normal de noviembre podemos encontrar casi 30 personas dentro del establecimiento. Los vecinos de Masustegui acuden para jugar a las cartas, tomar algo, leer el periódico o simplemente para resguardarse del frío en épocas invernales.
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Vamos dejando Masustegi a nuestras espaldas por la estrecha y escarpada carretera que nos conduce al barrio de Basurto. Con desniveles de hasta el 15%, la orografía del lugar nos permite divisar, por última vez, toda la Villa de Bilbao bajando el monte Arraiz. Este barrio bilbaíno sigue luchando por no ser invisible. La cordialidad de sus habitantes te atrapará y te permitirá descubrir un mundo ajeno al mundanal ruido de la ciudad. Aquí el ritmo de vida es pausado y parece no pasar el tiempo. Y es que ningún problema dura para siempre. “Nunca choveu que non escampara".
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Masustegi, un barrio con
acento gallego






Vista panorámica de las casas del barrio de Masustegi / Álvaro Carmona
Vista del bar Las Amigas situado en pleno centro del barrio / Álvaro Carmona
La estrechez de las calles hace que sea muy fácil perderse / Álvaro Carmona
Las piedras de la cantera volaron más de medio kilómetro hasta caer en Masustegi / Ruiz de Azua (El Correo)
En el local social se reúnen cada día las personas del barrio para huir de la rutina / Álvaro Carmona
Masustegi de noche tiene un encanto especial e inigualable/ Álvaro Carmona
La transformación de un barrio contada por sus edificios

Panorámica de Basurto en los años 60/ AVE Basurto
Lejos queda aquel tiempo en el que Basurto era un paraje rural y sin grandes edificaciones. Este barrio bilbaíno conservó su cualidad de espacio rural hasta bien entrado el siglo XIX. Sin embargo, el afianzamiento de un núcleo poblacional sólido no se produjo hasta los años 20 del siglo pasado. El convento de San Mamés, que posteriormente se convertiría en la Casa de Misericordia, fue una de las primeras edificaciones conocidas en los terrenos que hoy en día componen el barrio de Basurto.
La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) comenzó a dar los primeros permisos a los obreros de la zona para construir las casas. Sin embargo, la planificación de estas barriadas era de carácter privado y no de carácter estatal. “En Basurto hubo hasta 4 o 5 asociaciones de obreros para hacer casas baratas”, afirma el historiador Javier del Vigo. Pese a ello, hoy en día solo quedan un par de edificaciones de aquella época.
Las dos primeras barriadas obreras construidas fueron la de Santiago y la de Santa Ana, ambas bautizadas con el nombre de las fiestas del barrio y situadas en el extremo noroeste del barrio. Santiago fue construida por obreros de la Sociedad Cooperativa de Casas Baratas de Obreros y Empleados del Ferrocarril Bilbao-Portugalete, pero también por trabajadores de los diques del Euskadluna y carteros de Correos. Por su parte, Santa Ana fue edificada por la Sociedad Cooperativa Casas Baratas Santa Ana y entre sus destinatarios se incluían obreros navales de Euskalduna, trabajadores del Ayuntamiento y operarios de imprentas de Bilbao.
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El paso del ferrocarril por el barrio también supuso un antes y después. Las distintas vías como las estrechas (La Robla) y las anchas (RENFE), separaban el barrio con Rekalde y el resto del ensanche bilbaíno, aumentando la sensación de marginalidad. La importancia del ferrocarril en Basurto no es casualidad ya que alrededor existían una serie de empresas a las que le venía muy bien que existiera la estación en el barrio para cargar y descargar las mercancías.
A principios del siglo XX, el Hospital Civil (1908), los Cuarteles de Garellano (1930), el Centro Municipal de Desinfecciones (1916), el edificio del Depósito de Materias Inflamables, así como la presencia del campo de fútbol del Athletic Club fueron reafirmando esta opción para el Barrio, mantenida y aumentada hasta nuestros días.
Terratenientes bilbaínos
Muchas de las familias más acomodadas de Bilbao hicieron fortuna gracias a la especulación con los terrenos del barrio. Nombres como el de Miguel de la Vía o familias como los Novia-Salcedo o los Allende-Salazar. “Hasta hace no mucho tiempo, muchas de las tierras de Basurto (Masustegi) aún pertenecían a grandes fortunas bilbaínas” comenta Del Vigo. Y es que el Ayuntamiento de Bilbao no se hizo con ellas hasta el año 2010.
Tal es la importancia de los terratenientes bilbaínos que se lucraron con la compra-venta de los terrenos del barrio que hasta los duques de Alba tienen parentesco con estas familias. Este hecho tuvo como consecuencia que la remodelación de esta zona fuera a un ritmo distinto al del centro de la ciudad. Como curiosidad, a día de hoy, muchas son las calles que llevan los nombres de los terratenientes más ilustres que controlaron los terrenos de Basurto durante muchos años.
El emblema del barrio
El Hospital de Basurto fue inaugurado el 13 de noviembre de 1908 y desde entonces ha supuesto uno de los pilares del barrio en su transformación constante. “El hospital fue el primer elemento de urbanización del barrio”, asegura el historiador Del Vigo. Pese a ello, en el año 1898 comenzó el proyecto de construcción a cargo del arquitecto municipal Enrique Epalza y Chafreau. Su ubicación tampoco es casual. Y es que al encontrarse en un pequeño alto, el aire que corría era de los más limpios de la Villa y ayudaba considerablemente a los enfermos.
La historia de Basurto está estrechamente ligada a la del Hospital, que en sus inicios, sirvió para dar atención y asistencia sanitaria a las personas más desfavorecidas. Las familias más acomodadas de Bilbao realizaron grandes donaciones para que el proyecto saliera adelante. La adquisición en 1897 de los terrenos para construcción del Hospital Civil constituyó uno de los momentos decisivos en la historia de este núcleo que uniría permanentemente su nombre al del citado centro.
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En todo caso podemos indicar que el tratamiento urbanístico del barrio de Basurto no se entiende sin la edificación de este centro médico. Pero, Basurto fue y es mucho más que un hospital. La realidad de la construcción de este hospital acabaría concretando el distrito urbano que hoy conocemos. En todo caso podemos afirmar que una de las causas de la evolución de este barrio del Bilbao actual es la implantación en el corazón del Barrio el Hospital Civil.
CUARTEL DE GARELLANO
El cuartel de Garellano todavía ocupa un lugar predominante en la memoria del barrio de Basurto. Esta instalación militar fue inaugurada en 1932 durante la II República española. Sin embargo, fueron visitados con anterioridad por el rey Alfonso XIII en 1930 cuando estaban ya en un avanzado estado de construcción. El nombre del enclave tampoco es casual. La denominación conmemora una de las dos victorias que las tropas de Gonzalo Fernández de Córdoba (Gran Capitán) obtuvieron sobre los franceses en 1503, la cual, supuso la expulsión de las tropas galas del Reino de Nápoles, entonces en mano de los españoles.
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Durante la Guerra Civil, el regimiento “Garellano 45” se mantuvo fiel a la República, aunque hubo cincuenta mandos militares que fueron fusilados por apoyar el golpe militar. Tras la toma de Bilbao por los franquistas en 1937, los mandos golpistas disolvieron el regimiento, aunque en 1939 se vuelve a poner en marcha el cuartel con los batallones Arapiles nº 7, Las Navas nº 2, batallones II, XI, XIII y XVI del regimiento Zaragoza nº 30, y los tercios de requetés Nuestra Señora de Begoña, Ortiz de Zárate y Montejurra. En 1960, su nombre oficial cambia a Agrupación de Infantería Garellano 45 para volver a llamarse Regimiento de Infantería Garellano nº 45 en 1963.
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En el barrio tampoco se olvida el famoso Coro de Infantería Garellano 45, más conocido como La Inmaculada de Basurto. En él siempre hubo jóvenes del vecindario, ya que por alistarse como voluntarios, aunque el servicio militar era más largo, tenían la ventaja de hacer la mili en su barrio, manteniendo relación con la familia, pareja o la cuadrilla.
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En tiempos recientes y una vez trasladado el Regimiento al nuevo cuartel de Mungia en 1981, los edificios del acuartelamiento militar se convirtieron en la sede del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Municipal de Bilbao. Igualmente se habilitó, para las dependencias del Centro Municipal de Distrito de Basurto. Actualmente, sobre los terrenos donde se encontraba el cuartel de Garellano se sitúa la nueva estación Intermodal de Bilbao inaugurada recientemente.
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Otros de los espacios en la memoria de basurtotarras y bilbaínos fue el campo de fútbol de Garellano situado entre las dependencias del Ejército y la Escuela de Ingenieros de Bilbao. El campo fue mandado construir por el comandante mayor de Infantería Fidel Pradal y albergó hasta a cuatro equipos de fútbol como el Basurto, Garellano, Iturrigorri o Indautxu. Este último estuvo a punto de ascender a Primera División en 1959. En el campo de Garellano incluso finalizaron varias ediciones de la Vuelta a España gracias a la colaboración de El Correo y Luis Bergareche. La organización instalaba un velódromo de madera donde se ponía la línea de meta para los ciclistas. El campo de fútbol también sirvió como un improvisado campamento con tiendas militares para muchas familias que perdieron sus casas y sus enseres a causa de las graves inundaciones que azotaron la Villa en el año 1983.
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¿SABÍAS QUÉ…?
-Los duques de Alba están emparentados con familias que se lucraron con la compra-venta de terrenos en Basurto.
-La Santa y Real Casa de la Misericordia situada en Basurto fue inaugurada por el rey Amadeo I de Saboya.
-El rey Alfonso XIII no pudo acudir a la inauguración del Hospital de Basurto a causa de una fuerte gripe. En su nombre envió a su primo el infante Fernando de Baviera.
-La familia de los Pertika (folklore vasco) vive en Basurto desde los años 40.
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-Una descendiente del primer Novia Salcedo todavía sigue viviendo en Basurto.


Panorámica del Hospital civil de Basurto / Odocolección.net
